El frío, la sal, la penumbra, la bellota transformada,  el moho, y el silencio de la bodega, con el saber hacer, consigue este milagro, lograr un jamón ibérico de bellota, desde la carne  fresca del cerdo en  el tiempo serrano.

       Otro noviembre, otra caída de la hoja en los árboles, otro amarillo en el paisaje, otras noches largas, otros fríos, otras lluvias que no llegan, otras candelas en la chimenea, otras lecturas nocturnas.... y otro año que va dando a su fin, mientras nuestras vidas continúan por el discurrir del destino.

Día de otoño en la  sierra con  nubes bajas, almuerzo  de migas .

La gaita, el tambor y las panderetas, los instrumentos musicales que acompañan a las serranas en sus canciones del romero y a los fandangos de la cruz.

Las orquídeas en la primavera serrana.

 Las labores de mantenimiento del encinar durante el invierno, las quemas de ramas caídas del arbolado para evitar propagación de enfermedades. 

El homenaje del ayuntamiento de Cortegana  a mi hermano Pepe.

 El dorado de  las hojas de los quejigos en pleno invierno, para renacer con el inicio de la primavera.

 Son días de atmósfera  asturiana, en el invierno serrano de Huelva.

 Es el tiempo del frío, la noche, la luna, la niebla, la helada mañanera, es el tiempo de los carambanos.  

 Con el inicio del invierno hemos hecho una poca de chacina para probar los ricos  y ancestrales sabores caseros, que el silencio de la bodega y el tiempo  continúen el proceso mágico  de  la curación en estos días de enero.